La actividad industrial es fundamental para el buen funcionamiento de la economía y la cadena de suministro, sin embargo, también tiene un efecto negativo sobre el planeta. Si reflexionamos sobre ello, hasta con la acción más simple estamos contaminando.
Utilizar 8 horas al día la maquinaria de nuestra nave, mantener la iluminación encendida durante la jornada laboral o transportar mercancía con vehículos de combustión. Son pequeños gestos que se repiten a diario y que tienen un impacto directo sobre el medio ambiente. Entonces, ¿la contaminación es inevitable?
Aunque es complicado renunciar a nuestra rutina diaria, sí hay algo que las empresas podemos hacer para reducir la huella de carbono: apostar por las energías renovables. Algunas entidades no confían en su aplicación o, simplemente, consideran que son un gasto inútil. Nada más lejos de la realidad. Vamos a explicar nuestro caso.
Placas fotovoltaicas en Valsuhe
El pasado mes de junio, en Valsuhe Suministros Industriales, decidimos instalar un conjunto de placas solares en el techo de nuestras instalaciones. Gracias a nuestra ubicación estratégica, en Xirivella, Valencia, disfrutamos de un número elevado de horas de sol al año.
Ahora, en verano, nuestro consumo eléctrico medio diario oscila entre los 60 y los 70 kWh, de los cuales unos 55 kWh los cubrimos con la energía solar que producimos. Dicho de otra forma, estamos ahorrando un 70% en la factura de la luz y lo más importante: le ahorramos a la Tierra toneladas de gases de efecto invernadero. Teniendo en cuenta estas circunstancias, hemos calculado que la inversión inicial será amortizada en un plazo cercano a los 4 años.
«La energía solar no es el futuro, sino el presente. En Valsuhe apostamos por la sostenibilidad y nos gustaría incorporar paulatinamente más medidas para convertirnos en una empresa neutra en emisiones de carbono«, explica nuestro responsable de compras, Jose Lacueva.
«Estratégicamente, estamos aprovechando al máximo los recursos naturales de manera no destructiva y trabajamos en un desarrollo sostenible que sirva de legado para las próximas generaciones. La inversión económica que acabamos de realizar no solo nos beneficiará a nosotros como empresa, también repercutirá positivamente en el planeta«, añade Lacueva.
Según el último informe sobre la Cuenta de los Flujos Físicos de la Energía que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), las empresas consumimos el 70% de la energía eléctrica de nuestro país. Por tanto, nos erigimos como un actor clave en la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera.
En Valsuhe ya hemos empezado con la transición hacia un modelo más sostenible. Es una cuestión de voluntad que nos adaptemos a la nueva realidad y velemos por el interés general de la sociedad y nuestro entorno.